La infancia y el verano son un binomio bonito, alegre y muy especial. Los días son más largos y los niños juegan durante más tiempo, están casi siempre en remojo y cambian sus hábitos alimentarios y de limpieza.
Todo este movimiento hace que los pequeños puedan tener algún susto o alguna molestia propia del verano. A continuación, hablamos de los cinco problemas dentales más comunes de los niños en verano y como solucionarlos.
Caries dentales en los niños durante el verano
Las bebidas azucaradas, los helados, el aumento del número de postres de repostería, etc., hacen que la dieta de los niños fomente el aumento de la placa bacteriana y, consecuentemente, las caries. A esto tenemos que sumar los cambios en la rutina de limpieza de los más pequeños, que a menudo o se hacen más espaciados en el tiempo por estar jugando o viajando con la familia.
Por eso, si detectamos que el niño tiene una caries, no tenemos que dejar pasar el tiempo e ir inmediatamente al dentista para poner una solución. El dentista eliminará la caries, aplicará un empaste y evitará el empeoramiento.
Sensibilidad dental a la temperatura
Otro de los problemas dentales más comunes de los niños en verano es la hipersensibilidad dental. Como ya vimos en este artículo, este estado normalmente se produce cuando los dientes entran en contacto con productos muy fríos. También se puede desencadenar cuando se toman alimentos muy dulces o muy ácidos.
Una vez una parte de la dentadura está hipersensibilizada, puede ser que el niño sienta dolor no solo durante las ingestas, también durante el cepillado dental posterior.
La hipersensibilidad genera punzadas, lo cual dificultará la correcta higiene de la zona. Por ello, tenemos que parar la ingesta de bebidas y alimentos fríos y si con esto no disminuye el dolor, tenemos que visitar al odontólogo para que vea el caso y proponga un tratamiento.
Daños al esmalte por el cloro de la piscina
La saliva de grandes y pequeños tiene un equilibrio que se ve trastornado cuando entra con contacto con el cloro, de forma que se genera un entorno ácido. Como ya vimos en este artículo, en este entorno, las proteínas que se descomponen en la boca promueven la aparición de bacterias, placa bacteriana y, en consecuencia, sarro.
Si en verano los niños pasan un gran número de horas diarias en agua con cloro, el sarro y las manchas pueden aparecer más fácilmente. Esta es la razón por la cual aconsejamos una visita al odontólogo a la vuelta de las vacaciones.
Diente roto del niño durante el verano
¿Quién no ha visto un diente roto en verano? Los juegos intensos entre un gran número de niños mientras los adultos hacen la sobre mesa, los resbalones jugando a la pelota o a las palas en suelos húmedos, los bordes de las piscinas, los columpios, los deportes de verano… Durante los meses de calor los niños, como es natural, están en movimiento. Y a veces, se puedes romper una pieza.
Cuando se fractura una pieza, independientemente si es de leche o no, tenemos que ir inmediatamente al odontólogo para saber si ha habido daños internos que no vemos.
Caída de una pieza de leche
La caída de las piezas de leche forman parte de un proceso natural y no requieren la visita del odontólogo cuando caen. No obstante, sí que debemos tener en cuenta dos cosas si estamos de vacaciones y le cae un diente de leche a nuestro hijo:
- Tenemos que averiguar si ha caído por un traumatismo jugando, porque entonces tendremos que visitar al odontólogo cuanto antes.
- Si el diente ha caído de manera prematura, también tendremos que visitar al dentista para averiguar la razón por la cual hemos perdido la pieza.
Hasta aquí los cinco problemas dentales más comunes de los niños en verano. Con todo, le recordamos que, siempre, es mejor la previsión que la cura posterior. ¿Quiere saber más? ¿Está de vacaciones y tiene alguna duda respecto a la salud dental de su hijo? Contacte con nosotros o solicite una cita>